EL 048: REFUERZA LA AUTOFINANCIACIÓN


El pasado 23 de diciembre del año inmediatamente anterior, el Consejo Superior de la Universidad del Tolima aprobó el acuerdo 048, el cual -según el texto y de forma aparentemente inocente- establece la creación y reglamentación de los proyectos especiales.
A primera vista, el acuerdo aprobado parece una norma más, cuyo propósito es ponerle “orden” a los proyectos ofertados desde las facultades (cursos libres, seminarios de profundización, cursos para grupos poblacionales específicos, diplomados y postgrados) y que, mal o bien, representan un ingreso, así se enmarquen dentro de la modalidad de autofinanciación. Sin embargo, el “orden” al que hace referencia el Consejo Superior, se expresa en la centralización e inclusión de estos ingresos al presupuesto general de la universidad y, en especifico, para que contribuyan a “apalancar los gastos de funcionamiento e inversión de la institución”, tal y como lo señala el artículo segundo de la norma.
La justeza de esta decisión es cuestionada desde las facultades, especialmente por algunos decanos. Ellos consideran que lesiona gravemente sus presupuestos y adicionalmente -así traten de hacerse los de la vista gorda- afecta la caja menor de la que disponían sin ningún control y según sus “prioridades”.
Desde el punto de vista de los cómplices de la privatización de la universidad pública, entre ellos Jesús Ramón Rivera y otros, el acuerdo es una tabla de salvación que ayuda a apaciguar la des-financiación de la institución. Concretamente, contribuye a sufragar los gastos de funcionamiento (cancelar oportunamente el sueldo a los trabajadores, entre otros gastos), ya que el dinero que ingresa por parte del Estado central es insuficiente, y a realizar una que otra inversión, quizás en el embellecimiento de la planta física.
En ultimas, e independiente de si los recursos se los quedan las facultades o integran el presupuesto general de la universidad, el acuerdo 048 del Consejo Superior representa una salida fácil que avala y refuerza la política de autofinanciación impulsada por el Ministerio de Educación Nacional para con la universidad, ya que desconoce el papel del Estado como garante de la educación y omite el compromiso adquirido, por la gobernación del Tolima, de aportarle, anualmente, un dinero al Alma Mater.
Además, devela la ausencia de un real compromiso, por parte del rector y de algunos estamentos de la comunidad universitaria, de exigirle a la gobernación del Tolima seriedad con la deuda que tiene con la universidad, lo cual menosprecia la importancia de estos posibles ingresos y relega al olvido una responsabilidad estipulada legalmente.
Ojalá la comunidad universitaria (estudiantes, profesores y egresados) visualice la dimensión del acuerdo 048 y, en lo mínimo, exija un destino específico para los recursos provenientes de los proyectos especiales. Por ejemplo, para fortalecimiento de la calidad académica a partir del mejoramiento de las condiciones laborales de los catedráticos de la universidad.

SOBRE LAS LIBERACIONES Y SUS ALCANCES

Escrito por Paulo
Cierto descontento definió al profesor Gustavo Moncayo al enterarse del posible aplazamiento de la liberación de su hijo, Pablo Emilio, y de Josué Daniel Calvo, quienes están en poder de las FARC-EP. Esto obedece a la posición asumida por la senadora Piedad Córdoba, quien considera viable hacer el respectivo aplazamiento. Sin embargo, entiende que detrás de esta consideración se esconde un ataque directo del gobierno nacional para con la dirigente liberal, el cual puede llegar a truncar el proceso que se viene adelantando.
Esta práctica no es nueva. En varias ocasiones el gobierno de Álvaro Uribe se ha dedicado a obstaculizar las liberaciones, aun cuando la insurgencia, el año inmediatamente anterior, dio vía libre para que esto se efectuara. En esta ocasión, y ante el panorama convulsionado en el que se encuentra su administración, el presidente ha lanzado a la opinión pública soluciones distintas a la de permitir siquiera las condiciones establecidas para el gesto humanitario; en contraste con ello, promueve el cerco militar y el rescate a sangre y fuego como expresión central de su tesis militarista para solucionar el conflicto que él mismo niega aceptar.
La clase dominante colombiana y el sector influyente del Imperio, saben que si se llevan a cabo este tipo de acciones, reconocerían el conflicto social, político y armado que se vive, así como también contemplarían la práctica de retención del enemigo en combate o prisioneros de guerra como valida, dejando de señalarla como “secuestro”. Tanto las FARC-EP como el Estado tienen una base de combatientes que es preciso canjear entendiendo la importancia de conservación de la vida en medio de la confrontación bélica.
No es fácil esta situación. Iniciamos el 2010 y las cuestiones siguen igual. Ahora, con motivo a las elecciones para Senado y Cámara, desde la presidencia de la republica buscan enrarecer el ambiente de las liberaciones, dándole tinte político al proceso. Saben que el momento por el cual pasa Piedad Córdoba es determinante y desean entorpecerlo, acusándola con ello que con las liberaciones piensa sacar algún beneficio electoral, y así seguir generando rechazo entre la sociedad colombiana. ¿Por qué no permitió el gobierno de Uribe que la entrega de los uniformados se diera antes de este periodo electoral, teniendo en cuenta que las FARC-EP dieron el aval hace más de seis meses?
Con entereza, ella solicita a la insurgencia que este proceso de entrega se haga después de las liberaciones, para evitar así cualquier “mal entendido” en su valioso papel como facilitadora del proceso. Una decisión que a vista de muchos pareciera egoísta e interesada, pero que en el fondo es la más acertada. “La senadora, -como lo señala El Espectador- que se presenta nuevamente como candidata a la cámara alta, le solicitó a los insurgentes la pasada semana que el operativo se aplazara hasta después de los comicios parlamentarios, con el fin de zanjar las suspicacias generadas en el Gobierno, que señaló que se está usando ese tema humanitario con fines electorales”. Se ha tenido conocimiento que días después de las elecciones parlamentarias, se iniciará todo lo necesario para llevar a cabo la dinámica de entrega. Esperemos a que el gobierno cumpla y no siga extendiendo la espera.
Con todo esto, se devela poco a poco el desinterés del gobierno de turno y, posiblemente, del que viene por darle una solución seria a la problemática que vivimos. Sin embargo, no podemos seguir siendo indolentes frente a este panorama. Lo que se viene es de gran trascendencia: la necesidad de un Intercambio Humanitario que posibilite un Acuerdo Humanitario, con miras a allanar caminos para una solución política y negociada al conflicto. Al respecto, dicen las FARC-EP en el “Memorando para un intercambio sobre el conflicto colombiano”: “Hemos planteado la necesidad de conversar, en principio, para lograr acuerdos de canje, lo que permitiría no solo la libertad de prisioneros de guerra de lado y lado, sino avanzar en la humanización del conflicto y seguramente ganar terreno en el camino hacia acuerdos definitivos”.

 
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