LOS BLOGUEROS Y LA “LEY LLERAS”

Para muchos internatuas, especialmente los jóvenes, el blog es un recurso interesante. Su carácter gratuito (cualidad con la que surgió), le permite a sus usuarios, bien sea personas o grupos, compartir cuestiones muy selectas, expresar opiniones, sustentar posiciones, y reproducir variados contenidos de la Internet; en suma, reivindicar una identidad ante los demás que concurren en la web.
De forma evidente, esto sólo se logra haciendo uso de las variadas herramientas que brinda un blog. Lamentablemente, una porción importante de sus productos manifiesta la reproducción de contendidos diferenciados. Contenidos que en su mayoría son pirateados, bien sea de sitios virtuales o de expresiones y medios materiales y tangibles (publicaciones impresas, CDs, DVDs, entre otros).
Aunque quebranta la propiedad intelectual, el último caso –por decirlo de alguna manera– representa un uso destacable del blog. De esto no son pocos quienes se han beneficiado. Por ejemplo, para los inquietos que pretenden desprenderse del yugo del software privado (Windows), el blog se ha presentado como una oportunidad viable para acceder al software libre. Inclusive, un gran número de estudiantes y varios profesores universitarios se han beneficiado: los blogs les han ofrecido una puerta de entrada para un artículo difícil de encontrar, o –en el mejor de los casos– un libro casi imposible de ubicar.
No obstante, varios gobiernos –entre esos el colombiano– han puesto en marcha propuestas legislativas para restringir las libertades que brinda la Internet, especialmente la posibilidad de reproducir contenidos diversos, entre ellos el conocimiento. Todas estas iniciativas pretenden erradicar la piratería en la red, puntualmente evitar la reproducción ilimitada de contenidos protegidos por las leyes de autor (libros, música, películas y otros), como sugiere el ministro del interior, Germán Vargas Lleras, responsable de la propuesta de Ley.
En apariencia es justa la propuesta. Los creativos que inventan y reinventan el mundo, y quienes producen algún tipo de conocimiento serán salvaguardados del acceso indebido a los mismos. Sin embargo, y muy en el fondo, la iniciativa tiene un sesgo: pretende mantener los intereses de unos pocos. Por encima de salvaguardar a los creadores y académicos, la propuesta apunta a mantener los privilegios de los grandes grupos editoriales, sellos disqueros o productoras de cine. Instituciones afectadas por la crisis del capitalismo.
Ante esto, el blog seria una amenaza potencial. Con la propuesta de Ley presentada ante el Congreso de la Republica, la posibilidad de compartir y reproducir ciertos conocimientos se limitará, y, tal vez, su uso se reduzca a la farándula del individuo o grupo, mas no a un interés mucho mayor emparentado con la apertura de espacios disidentes que ofrecen alternativas para acceder al conocimiento, sus manifestaciones y sus avances.

EJEMPLOS QUE CUESTIONAN


“A la política de seguridad del narcoparamilitar Álvaro Uribe le están saliendo todos los días escándalos que la desacreditan aun más”.
El portal virtual de los bloques Iván Ríos y Martín Caballero publicó, en los primeros días de Marzo, un documento revelador acerca de las falacias sobre las que se ha erigido la política de seguridad democrática puesta en práctica por Álvaro Uribe Vélez y prolongada por el actual presidente de la republica, Juan Manuel Santos.
Jimy Ríos, autor del texto, reproduce las consideraciones elaboradas por aquellos actores que han impugnado la política de guerra de la oligarquía, siendo incisivo a la hora de destacar, a través de ejemplos, sus mentiras.
“Primero está (…) la supuesta desmovilización del supuesto bloque Cacica Gaitana de las FARC en 2006”. Logro validado con la presunta colaboración de los desmovilizados, quienes “colocaban explosivos en torres de energía para posteriormente cobrar la recompensa por la información según la cual se prevenía un atentado terrorista, en complicidad con agentes de los aparatos de seguridad”.
“El segundo caso es el de las detenciones”, ejemplificado por medio de la manipulación realizada a cierta información, como lo hicieron los medios con Rolando Albeiro Muñoz.
“Este compañero ya había sido condenado por rebelión y por eso estaba recluido en la Penitenciaría de Alta Seguridad de Valledupar. Él ya había cumplido con el tiempo de condena y estaba pasado de que lo liberaran. Aunque estaba acusado de otros casos, lo tenían que liberar por que no le comprobaron nada y ya se habían vencido los términos legales”.
Pese a esto, fue “recapturado” y posteriormente presentado, ante la opinión publica, como un logro de la seguridad democrática.
“Le anunciaron la libertad pero sin salir de la Penitenciaría lo volvieron a capturar y armaron éste show con el supuesto Duro golpe a las FARC, con un hombre que lleva varios años detenido”.
“El tercer caso es el de la supuesta muerte de Fabián Ramírez”. Ahora las fuentes del Estado afirman que se encuentra “cercado” y no muerto. Igualmente, los medios masivos de información, a partir de esto, prefiguran la realidad para falsearla y “ganar la guerra por televisión como hicieron los gringos con el cine en Vietnam”. Lo mismo ocurre con Alfonso Cano, dicen que le están respirando en la nuca.
De igual manera, y aunque el texto no plantea más ejemplos, sugiere que los famosos falsos positivos hacen parte de la cuenta y no se pueden dejar por fuera, lo cual aumenta, notoriamente, el número de falsedades que sustentan la política de guerra.
Finalmente, recalca el papel que desempeñan los “analistas prepago” que acostumbran participar en programas radiales o pertenecen a ciertas agrupaciones para distorsionar la realidad.

 
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